Clara

Desde hace poco más de 2 años nuestra vida cambio, esperábamos la llegada de nuestra primera hija con la expectativa que un embarazo a término, llevado sin sobresaltos y a puro disfrute suponía. Ese Martes 6 de mayo de 2014 en la ciudad de Mercedes nace CLARA, una niña aparentemente saludable y vital.

 

Habiendo pasado 14 días esa realidad cambio, nuestra Clara ya no parecía estar tan saludable. Los médicos notaron síntomas extraños, nuestra vida volvió a cambiar. De un simple control de rutina, en cuestión de horas, nos encontramos viajando con destino a Montevideo sin diagnóstico claro, con la única certeza que “algo” en su corazoncito no estaba bien. Después de un viaje de 3 horas nos encontramos en el CTI del sanatorio americano, desolados, confundidos, preocupados…

Indescriptible la contención recibida, mezcla de emociones… Y nuestro angelito peleando por su vida. Tras una semana de controles, diagnósticos confirmados y espera, a los 21 días de vida Clara fue operada de una cardiopatía congénita (CIA, CIV, coartación de aorta e hipoplasia del arco aortico). Luego de 10 horas la cirugía fue un éxito, encomendados a dios y a todos los santos (sin ser devotos).

 

Fueron 72 horas difíciles las que sobrevinieron pero todo se fue dando mejor de lo esperado. Pasaron 10 días y todo venía bien hasta que nuevamente sobrevino la desolación y la angustia. Clara no podía respirar por sí sola, así que debían volver a intervenirla, esta vez plicatura de diafragma. Ese 7 de junio una prueba de vida que también salió bien.

 

10 días después, el mejor de los días! nos volvíamos a casa! Con muchas dudas y miedos pero inmensamente felices. Nuestra leoncita había pasado la prueba. Con controles regulares y viajes a Montevideo vivimos unos 3 meses. Todo marchaba bien, hasta que en un control cardiólogico le diagnostican un bloqueo completo.

 

Otro momento fuerte y desestabilizante, nuevamente nos encontramos yendo de urgencia a Montevideo, esta vez con el diagnóstico claro: implantación de marcapasos.

 

Todo esto quedó atrás, hoy con poco más de 2 años Clara sigue siendo nuestra leoncita luchadora y guerrera de la vida. Pero ya no nos quedan miedos ni temores, vivimos la vida a pleno, aceptando que tenemos que convivir con una hija con un “Corazoncito diferente”.

 

Gracias, gracias y gracias.

Los papas.